A los jóvenes con quienes nos relacionamos les ha correspondido ser jóvenes HOY, en este momento, en esta época, en este “cruce” de milenios. Sin aspirar a caracterizar exhaustivamente este hoy, tarea que supera los límites de lo que se nos ha solicitado, nos parece importante señalar algunos rasgos que nos den un cierto marco dentro del cual movernos.
Aunque parezca una obviedad, es necesario explicitarla, porque nuestros jóvenes hoy vienen de la vivencia de una niñez en la que las formas adultas los han acostumbrado a callar, a obedecer, a guardar sus sentimientos, a esconder sus fantasías. Una niñez en la que sus juegos han sido descalificados e incluso castigados. Una niñez cargada de ausencias. Ese equipaje del pasado pesa y pesa mucho cuando se es joven, a veces es el origen de registros y actitudes pasivas, o revanchistas, o desafiantes, en fin, lo que nos importa marcar claramente es que el joven con quien hoy nos relacionamos FUE NIÑO/A y lo que vivió, aprendió, comprendió, sintió en su niñez, marca también su juventud.
CREO EN EL JOVEN CUANDO
- SON VALIENTES Y ANIMADORES
- CREEN EN SI MISMO/A
- SU MODELO ES JEÚS
No hay jovenes malos, el problema es que no le dedicamos tiempos.
